Nos encontramos a finales de los años 80´s, horas muy puntuales, frente de la televisión, y ANCAP, la empresa de combustibles del Uruguay nos ofrecía una de las mejores publicidades que pudimos ver cuando éramos chicos.
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Sentarme frente a la televisión era quizás una de mis actividades preferidas, pero un día algo pasó que me dejó totalmente desorientado. Algo que jamás me imaginé que pasaría. Una publicidad pudo lograr una emoción como pocas veces la televisión me pudo dar, me refiero a sentir deseos de llorar y emocionarme como pocas.
La publicidad era muy sencilla, en tan solo 2 minutos nos cuenta la historia de un camionero, que debe hacer un largo viaje acompañado a combustibles ANCAP.
No cuenta exactamente de que va el viaje o qué tipo de productos debe transportar, lo que sí da a entender es que gracias a los combustibles ANCAP pudo realizar el trabajo de manera óptima, llegando a tiempo a la fiesta de cumpleaños de su hijo. Es una publicidad muy simple y práctica.
A continuación te comparto la publicidad para que puedas escucharla.
Quizás para el día de hoy una publicidad de estas características no tenga tanta influencia en la audiencia, al fin y al cabo, lo que se busca es vender y la visión del marketing no es lo mismo.
¿La habías escuchado antes?
En lo personal, cada vez que la vuelvo a escuchar, vuelvo a sentir esa sensación de deseos de llorar, pero además, me transporta a ese momento de mi infancia.
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